El Papa se levantó del suelo con dificultad, como si llevará el peso de la humanidad encima y sus zapatos ortopédicos gastados pesaran más de lo normal.
En el aire el recuerdo del 9 de abril, cuando el terrorismo islámico volvió a atacar las iglesias cristianas en Egipto, donde al menos 43 personas murieron y otras 118 resultaron heridas el domingo de las Palmas, en dos atentados contra dos iglesias coptas en el norte de del país.
La basílica vaticana apareció poco iluminada, para generar el clima de recogimiento. Todas las candelas fueron apagadas, las mesas del servicio estaban sin manteles.